Toda metodología debe ser utilizada como una herramienta que optimice el logro de un objetivo determinado. No debe ser concebida como el resultado en sí; vale decir, no están diseñadas para contentarnos con post-it, gráficos o indicadores, debe ser simple para que cualquiera lo pueda leer y entender y así, contar con un horizonte de tiempo. Finalmente, intrínsecamente es una unidad de medida bajo un simple indicador: se cumplió o no se cumplió.
Para aquellos que vieron la película Apollo XIII o conocen un poco del caso, los eventos que ocurrieron durante la misión fueron más que catastróficos; sin embargo, se le conoce como el fracaso más exitoso porque lograron traer con vida a la tierra a toda la tripulación. Esto sucedió hace 50 años, donde la tecnología tenía severas limitaciones; no obstante, la proeza realizada marcó un hito de cómo liderar un equipo y lograr un objetivo.
Con base en ello, la metodología que personalmente trabajo, está construida en tres fases donde enfoqué los aprendizajes del caso señalado:
Definir el objetivo: 321 mil kilómetros lejos de la tierra, una falla en el tanque de oxígeno generó que la misión del Apollo XIII sufriera uno de los mayores percances técnicos conocidos. La situación era tan compleja que las probabilidades de sobrevivir bajo la situación actual eran nulas y tenían que tomar decisiones oportunas para poder salvar la vida de la tripulación. Después de analizar la situación y tomar medidas para menguar la pérdida de oxígeno originada por la explosión de uno de los tanques contenedores, el centro de mando tenía un solo objetivo en común, regresar con vida a los astronautas.
El primer paso siempre será escoger un objetivo y este tiene que estar lo más cercano a la meta de cualquier empresa; vale decir, ganar dinero o, en su defecto, generar acciones que nos lleven de manera coherente a ganarlo. Pongo especial énfasis en este detalle pues parece que olvidamos que el oxígeno de un negocio es la liquidez y la única forma de generarlo es a través de las ventas.
Realizar un inventario de los recursos: Con la tripulación a salvo en el módulo lunar, la misión del Apollo XIII continuaba con el plan original de retorno a la tierra; sin embargo, algunos otros problemas se iban presentando. Es así como la acumulación de dióxido de carbono debido al desgaste de los filtros, estaba incrementando drásticamente los niveles sostenibles para la vida, comenzando a envenenar a los astronautas. Es así como el centro de comando, tenía una nueva misión, desarrollar una solución con los materiales disponibles en el módulo para poder cumplir con el objetivo de la misión de rescate.
Es necesario considerar los recursos con lo que contamos, la Dra. Sarasvathy; autora de la teoría de la efectuación, desarrolla en cinco principios del emprendedor el concepto de aprender a reconocer los recursos disponibles; esto después de analizar más de 50 casos de emprendedores que lograron el éxito de su negocio. Es interesante contemplar que para cumplir el objetivo tengo recursos limitados y debo preguntarme ¿cómo los voy a utilizar? ¿colaborarán con el cumplimiento del objetivo?
El proceso: Con pocas horas de trabajado continuo y mucha creatividad, el centro de comando encontró una solución para el problema de los filtros de dióxido de carbono, desarrollaron un prototipo adaptado a la necesidad; sin embargo, trasladar el concepto de la maqueta sería todo un reto, la única forma posible era a través de un proceso detallado y apelar a que los astronautas pudieran comprenderlo e ingeniarse la forma de lograr el mismo diseño. La tarea fue completada con éxito; no obstante, se presentaron otros problemas en el módulo lunar. El dilema de la energía y el sustento vital generó que la actividad eléctrica se redujera al mínimo, restituir la energía para regresar con vida a la tierra obligaba a controlar el amperaje utilizado por los diferentes sistemas que se reactivarían; nuevamente, la documentación de los procesos y el paso a paso para restituir la energía fue lo que le otorgó a la tripulación la oportunidad de poder volver a casa.
Para lograr el objetivo usando los recursos de la manera más óptima es necesario crear el proceso y preguntarnos cómo lo vamos a efectuar. Es importante que este quede tan claro que el equipo sea capaz de replicarlo como el manual de ensamblado de un mueble, incluyendo tutorial multimedia si es posible. Si no plasmamos el paso a paso de la ejecución, es más que probable que los puntos anteriormente detallados; que forman parte del pensamiento estratégico, queden a la deriva y no cumplamos la misión.
Hoy vivimos en un frenesí por las metodologías, las escuelas de negocio quieren enseñarlas, profesionales las dictan, empresas las utilizan; pero, tal cual detallé al inicio, siempre es necesario entender; sea cual fuere la herramienta a utilizar, nunca se debe perder el objetivo. Si empiezas algo sin tener claro el objetivo, ten por seguro que esa tripulación no volverá a casa.
Bonus track: En la película Pearl Harbor, el presidente Franklin D. Roosvelt, interpretado por Jon Voight, menciona en su argumento la siguiente frase: “Que gusto de un submarino. Ahí no hay tiempo para estupideces, igual que aquí”.