Construir para pensar, rompiendo las reglas del management

Hace unos años escuché por primera vez la frase “Hay que construir para pensar” en un video de Néstor Guerra del TEDxSevilla. Por esas fechas, era Jefe de Tecnología en una prestigiosa universidad en Perú y en todos mis años de profesional como Ingeniero de Sistemas, Director de proyectos y cursando un MBA, me habían inculcado que debemos planificar para ejecutar, que se debe pensar primero una estrategia para luego controlar su ejecución. 

Esta pequeña frase me era difícil de asimilar, no entraba dentro de lo que por muchos años había estudiado y practicado al momento de ejecutar proyectos o iniciar negocios. Cómo va a ser posible que primero deba construir sin saber si va a salir bien o no, sin saber claramente qué se va ha realizar. Quizá en ese momento mi gran temor a la incertidumbre no me dejaba ver algo que ya los emprendedores innovadores y los negocios más disruptivos estaban utilizando y les permitía lograr que sus emprendimientos comenzaran a crecer a velocidades nunca antes vistas.

Precisamente es lo que explica Steve Blank en el curso “Lean Startup: Desarrollo de modelos de negocio”, todas la prácticas de Management fueron creadas para gestionar negocios cuando ya funcionan y tienen un modelo rentable, pero, ¿qué pasa con la innovación o nuevos negocios que no tienen nada validado todavía y existe una alta probabilidad de fracaso? Pues Steve es conocido por desarrollar la metodología del Desarrollo de Clientes (Customer Development) que inició el movimiento Lean Startup, una metodología que pone de manifiesto que los nuevos negocios y startups no son versiones reducidas de las grandes empresas y que necesitan sus propios procesos y herramientas para tener éxito.​ Su artículo de la portada de mayo de 2013 de la Harvard Business Review (Why the Lean Startup Changes Everything) definió el movimiento Lean Startup.

Lean Startup se enfoca en el desarrollo de clientes con base en experimentos y prototipos, donde se busca construir para con ello aprender y seguir construyendo o pivotar en caso el experimento falle. También se asocia al fallar rápido y barato, ya que lleva el método científico de ensayo y error a los negocios. Todo buen científico sabe que errar es parte del proceso de investigación / creación; sin embargo, por mucho años, en los negocios el fallar estaba visto mal, debido a que no se permitía que alguien cometiera errores, sin saber que con ello limitaba la innovación, pues muy pocos se atrevían a proponer cosas que tenían una alta probabilidad de fallo. 

Pero dejemos a un lado la teoría, ¿cómo es esto en la vida real de los negocios? Como humilde emprendedor, puedo dar fe de que esto funciona, en los negocios que he podido generar en los últimos años, apliqué estos conceptos, no utilicé tiempos extensos para crear planes de negocio o flujos proyectados, no hice un plan de marketing costoso ni hice un organigrama del equipo. Me enfoqué en el construir para pensar, en hacer experimentos donde fallé decenas de veces, pero pivotaba rápido y seguía enfocado en el desarrollo de clientes a base de experimentos tras experimentos.

Luego de generar clientes, validar el modelo negocio y empezar a ser rentable, recién le daba cierta estructura a la empresa, con la creación de procesos mínimos para la operación del nuevo negocio. 

Hoy tengo 4 pequeñas empresas que están operando y generan renta, en paralelo 3 emprendimientos que están en etapa de desarrollo de clientes, quizá alguno de esos emprendimientos fracase y está bien, aprenderé y capitalizaré ese aprendizaje en los otros o nuevos emprendimientos.

Si vamos a crear el futuro, nuevos negocios o innovación, no pretendamos crear un gran plan, mapear los riesgos, proyectar futuros, ya que lo nuevo, lo innovador es demasiado incierto para pretender predecir el futuro… por ello lo mejor es “Construir para pensar”.

Fuente:

¿Por qué lean startup lo va a cambiar todo?
Steve Blank
Lean Startup: Desarrollo de modelos de negocio

MÁS ARTICULOS